A todos nos ha ocurrido que llega el fin de mes y se nos acumula el pago de la hipoteca, las tarjetas de crédito y el préstamo del coche, por lo tanto, se acumulan las deudas. La reunificación de deudas puede ser una posible solución, pero hay que evaluar bien si conviene hacerla en función de cada caso concreto.
La reunificación de deudas consiste en unir en un solo préstamo todas las deudas que tienes aunque sean de bancos distintos o tengan condiciones diferentes. Por lo general, es un servicio que prestan entidades no bancarias especializadas en estos temas, por lo que deberás comparar las diversas opciones que te ofrecen y elegir la que mejor se adapte a tu situación.
Ventajas y desventajas de la reunificación de deudas
Para que valores bien si te conviene hacer una reunificación de deudas debes tener en cuenta tanto las ventajas como las desventajas. Te las detallamos a continuación.
Entre las ventajas se pueden destacar las siguientes:
- La cuota total a pagar cada mes se reduce por lo que te resultará más fácil pagar y te sentirás más desahogado económicamente.
- En algunos casos puedes tener acceso a unas condiciones de crédito mejores que las que tenías, sobre todo en los casos en los que solicitas asesoramiento para realizar la operación de reunificación de deudas.
- Cada mes realizarás un único pago en lugar de varios, por lo que te resultará más sencillo hacer cálculos para saber cuánto dinero necesitas para pagar.
Por lo que respecta a las desventajas son las siguientes:
- Puede que la entidad que realiza la reunificación de deudas solicite una garantía a través de la hipoteca de tu casa o de otro bien inmueble de tu propiedad.
- Aunque la cuota total se reduce el tipo de interés suele ser más elevado.
- Es probable que se produzcan gastos adicionales por la cancelación de préstamos o hipotecas anteriores.
- El plazo de amortización se alarga por lo que la cantidad total a pagar será superior.
Cómo se hace una reunificación de deudas
En general, la reunificación de deudas la puedes hacer de dos formas:
- Contratar una nueva hipoteca o solicitar una ampliación de la que ya existe. En ambos casos se pueden producir gastos derivados de la cancelación de hipotecas y préstamos anteriores o modificación de los existentes.
- Contratar un préstamo sin garantía hipotecaria. En este caso no hay un inmueble que sirva como garantía de pago de la deuda, por lo que los intereses son mayores, la cuota a pagar cada mes puede que no se vea tan reducida como en el caso anterior, pero los gastos de formalización suelen ser menores.
Si te has decidido a solicitar una reunificación de deuda es preciso que te asesores bien sobre las posibilidades que tienes y los gastos que pueden existir (cancelación, apertura, tasación del inmueble), para que puedas hacer tus cálculos y valorar si es mejor que te mantengas en tu situación o pidas la reunificación de deudas.