El alcohol y la conducción no son compatibles, por eso de unos años a esta parte las campañas de prevención se han incrementado. En la actualidad el ordenamiento jurídico español prevé diferentes multas por alcoholemia en función de la cantidad de alcohol en sangre o en aire espirado que se de en el control.
Además de la sanción económica, se pierden puntos y en algunos casos se puede llegar incluso a retirar el carnet de conducir. En los casos más graves se puede acabar incluso en la cárcel.
¿Infracción administrativa o penal?
Hay que tener claro que no siempre que se da positivo en un control de alcoholemia se está ante una infracción penal.
En caso de un conductor con más de dos años de antigüedad en el carnet si se da entre 0,25 y 0,60 miligramos de alcohol por cada litro de aire se está cometiendo una infracción administrativa. En el caso de conductores profesionales y conductores nóveles la tasa máxima de alcohol es de 0,15 mg/l.
A partir de 0,61 miligramos de alcohol por cada litro de aire no se considera infracción administrativa sino penal y esta conducta está penada con prisión de tres a seis meses o multa de seis a 12 meses. La condena también puede imponer trabajos en beneficio de la comunidad (de 30 a 90 días) y la pérdida del carnet de conducir por tiempo de uno a cuatro años.
Multas por alcoholemia
En el caso de infracción administrativa las multas que se pueden imponer son las siguientes:
- De 0,25 a 0,50 mg/l la sanción es de 500 € y pérdida de cuatro puntos del carnet. En el caso de reincidentes la sanción llega a los 1.000 €.
- De 0,51 a 0,60 mg/l la sanción es de 1.000 € y pérdida de seis puntos.
¿Cómo actuar ante un control de alcoholemia?
El conductor está obligado a someterse a un control de alcoholemia siempre que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo soliciten. Negarse a pasar el test, o actuar de forma que dé lugar a un resultado nulo (soplar mal, por ejemplo), puede considerarse como un delito de desobediencia sancionado en el Código Penal con pena de prisión de seis meses a un año y pérdida del permiso de conducir de uno a cuatro años.
Recurrir multas por alcoholemia
Si el resultado del control es positivo y se ha cometido una infracción administrativa, el interesado puede presentar recurso. En la mayoría de los casos estas multas se suelen retirar por fallos en el procedimiento. Por ejemplo, que el alcoholímetro no haya pasado las revisiones pertinentes que garanticen que está en buen estado, o que en el expediente sancionador no se haya incluido el ticket del etilómetro.
En caso de que el resultado del recurso sea positivo el recurrente no tendrá que pagar la multa ni perderá los puntos. Además, en caso de dar positivo en otro control en el futuro, no se le considerará reincidente.
Pero hay que tener en cuenta que estos procesos son más complejos que recurrir una multa o denuncia de tráfico ordinaria. Por eso lo mejor en una situación de este tipo es ponerse en manos de especialistas en recurrir multas de alcoholemia.