Se suele hablar de la garantía con respecto a los productos nuevos, pero lo cierto es que también existe una garantía de las reparaciones que como consumidores es importante que conozcamos.
La garantía es un período del tiempo durante el que el fabricante o el servicio encargado de hacer la reparación debe encargarse de atender a las posibles averías que o daños que sufra el producto sin cargar ningún coste por ello al consumidor.
Plazo de garantía de las reparaciones
El plazo de garantía de las reparaciones depende de diversos factores e incluso puede variar en función del lugar en el que nos encontremos, puesto que existe regulación autonómica que se encarga de legislar estas cuestiones.
Los productos que estén dentro de su garantía legal por ser nuevos y que hayan tenido que pasar por un proceso de reparación, tienen una garantía de reparación de seis meses.
En caso de que el producto reparado ya no estuviera en garantía legal la reparación debe tener una duración mínima de al menos tres meses. Algunas Comunidades Autónomas han ampliado este plazo y en Cantabria son 4 meses, mientras que en Cataluña han fijado el plazo en seis meses.
El documento de garantía
En todas las reparaciones llevadas a cabo por un servicio de asistencia técnica debe acompañarse la entrega del producto ya arreglado de un documento que acredite la garantía de la reparación.
¿Qué implica esta garantía?
Que un producto esté en garantía después de su reparación implica que mientras la misma esté en vigor todos los gastos de mano de obra, desplazamiento, piezas de recambio e impuestos que deban efectuarse para arreglar el producto corren por cuenta del servicio técnico.
Sólo en caso de que el servicio técnico pueda demostrar que la avería del producto previamente reparado se ha producido debido a un mal uso o por causa de fuerza mayor, podrá negarse a llevar a cabo una nueva reparación.
Reclamar la garantía
Puede ocurrir que, no habiéndose estropeado el producto ya reparado por causa de fuerza mayor o debido a un mal uso por parte del usuario, el dispositivo se vuelva a averiar. Si en estos casos el servicio técnico no se hace responsable de la garantía, el consumidor está en su derecho de reclamar.
En una situación de este tipo lo más recomendable es intentar primero la vía amistosa presentando una reclamación ante el propio servicio técnico o su servicio de atención al cliente.
Si a través de esta vía no es posible encontrar una solución, habrá que acudir a la vía legal para reclamar que se cumpla lo dispuesto en el Real Decreto 58/1988, sobre Protección de los Derechos del Consumidor en el servicio de reparación de Aparatos de Uso Doméstico. A la hora de realizar una reclamación de este tipo lo mejor es dejarse asesorar por expertos en derecho de consumidores.
La importancia de guardar la documentación
A efectos de presentar posibles reclamaciones en el futuro, en estos casos es importante guardar siempre toda la documentación que acredite las reparaciones que se han llevado a cabo, el servicio técnico que las ha realizado y el momento en que se hicieron.