Perder el trabajo no es una situación agradable, pero la cosa se complica todavía más cuando el despido no se ajusta a la legalidad. En estos casos lo aconsejable es que reclames para hacer valer tus derechos.
El despido disciplinario es el que se produce cuando por tu parte como trabajador ha habido un incumplimiento grave y consciente de tus obligaciones. El despido será improcedente si no se ha producido por alguna de las causas a las que hace referencia el Estatuto de los Trabajadores y/o si no se han cumplido los requisitos que establece la legislación en cuanto a la notificación del despido.
¿Cómo reaccionar frente al despido improcedente?
El despido es una situación desagradable y es normal que en el momento en el que te lo comuniquen estés nervioso/a y es posible que en ese mismo instante no puedas determinar si tu despido es o no legal.
Lo que puedes hacer es exigir a la empresa una copia de la carta de despido, asegurándote de que la fecha que pone tanto en la carta original como en la copia es la misma y es además la fecha correcta. Comprueba que la copia es igual al original.
Se recomienda que antes de firmar se ponga la coletilla “no conforme”, se indique la fecha en la que se ha notificado la carta y después se firme. No rechaces nunca la carta de despido, es un documento básico para poder reclamar.
La importancia de buscar asesoramiento
Si has sufrido un despido disciplinario es posible que sea la primera vez que pasas por esta situación y estés un poco perdido. Lo mejor para saber si tu despido es o no improcedente es buscar asesoramiento de profesionales y que lo hagas lo antes posible, puesto que el plazo para reclamar empieza a correr desde que se te entrega la carta de despido.
En caso de que el despido sea improcedente hay un plazo de 20 días hábiles, cuenta a partir del día siguiente de la fecha de efectos del despido, para presentar la Papeleta de Conciliación ante el servicio de mediación de la Comunidad Autónoma. Para dar inicio a un proceso que busca un acuerdo entre las dos partes, de forma que la empresa reconozca que el despido es ilegal y te indemnice.
Si la conciliación no llega a buen puerto el siguiente paso es demandar a la empresa por despido improcedente.
¿Qué hacer mientras tanto?
Los procedimientos de despido disciplinario pueden tardar unos meses en resolverse, solo tienes 15 días hábiles para tramitar el desempleo desde el día siguiente a que te despiden o finaliza.
¿Qué se puede conseguir reclamando frente a un despido disciplinario improcedente?
Si llegas a un proceso judicial y el juez entiende que tu despido no ha sido legal, el empresario tendrá dos opciones:
1. Readmitirte con las mismas condiciones laborales que tenías antes del despido, pagándote los salarios de tramitación (estos equivaldrán a una cantidad igual a la suma de los salarios dejados de percibir desde la fecha de despido hasta la notificación de la sentencia que declarase la improcedencia o hasta que hubiera encontrado otro empleo, si tal colocación fuera anterior a dicha sentencia y se probase por el empresario lo percibido, para su descuento de los salarios de tramitación) y la cotización a la Seguridad Social de ese período.
Ten en cuenta que si el despido ha sido declarado improcedente por defectos de forma y el empresario opta por la readmisión, puede despedirte de nuevo en los siete días siguientes a la notificación de la sentencia.
2. Indemnizarte por despido improcedente:
- Si habías comenzado la relación laboral con la empresa antes del 12 de febrero de 2012 te deberán abonar 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades hasta el 12 febrero de 2012 y 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades desde esa fecha en adelante.
- Si la relación laboral empezó después del 12 de febrero de 2012 la indemnización será de 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.
En los procesos de despido es importante actuar con rapidez, así que lo mejor en estos casos es consultar con profesionales del Derecho lo antes posible, para que ellos analicen la situación y determinen si se trata de un despido procedente o improcedente contra el que se debería recurrir.