El arbitraje en el alquiler de vivienda

Al alquilar una vivienda, es común que se establezca un contrato que determina las condiciones y responsabilidades de ambas partes. Sin embargo, en ocasiones pueden surgir desacuerdos o conflictos que requieren de una solución imparcial y efectiva. En este sentido, el arbitraje se presenta como una alternativa para resolver controversias de manera ágil y eficiente.

A lo largo de este artículo, profundizaremos en el papel de esta solución y cómo los seguros de alquiler pueden ser también, una herramienta valiosa para proteger a los inquilinos y propietarios ante posibles conflictos.

¿Qué es el arbitraje de alquiler?

Es un procedimiento regulado por la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje que se utiliza para resolver disputas entre inquilinos y propietarios de manera imparcial y efectiva. Es un mecanismo alternativo a la vía judicial y permite que el propietario y el inquilino argumenten ante un tercero imparcial -árbitro- que será quién emita una decisión.

En el caso de los alquileres, el arbitraje se utiliza con frecuencia para solucionar disputas relacionadas con el pago de rentas, la conservación del inmueble y la devolución del depósito de garantía.

¿Cómo funciona el arbitraje de alquiler?

Para que se pueda llevar a cabo un proceso de arbitraje de alquiler, es necesario establecer un Convenio Arbitral (compuesto por, por lo menos un árbitro jurista y una institución arbitral). El proceso se inicia a partir del momento en que la contraparte recibe la notificación y ambas están de acuerdo. Inmediatamente ya se podrá presentar la demanda con las bases de la reclamación.

Tras el desarrollo y finalización del proceso, el árbitro exhibirá su decisión a partir de un laudo no recurrible que debe ser cumplido por las partes involucradas. El laudo será ejecutable ante juzgado en caso de que alguno de los demandantes no cumpla con la decisión.

¿Quién paga los costes del arbitraje?

Los costes suelen compartirse entre inquilino y propietario, y pueden incluir el pago de los honorarios del árbitro, los gastos de administración y cualquier otro coste asociado al proceso.

En algunos casos, el contrato de arrendamiento puede establecer una cláusula que indique quién debe asumir los gastos e en caso de que surjan disputas entre las partes.

¿Cuánto tiempo dura un proceso de arbitraje?

La duración de un proceso de arbitraje de alquiler puede variar según la complejidad del caso y la cantidad de pruebas y argumentos presentados por ambas partes. En general, es más rápido que el proceso judicial, ya que no está sujeto a los plazos y procedimientos formales de los tribunales. El promedio está entre dos y seis meses, dependiendo de la velocidad de los trámites administrativos y del árbitro.

¿Qué pasa si la otra parte no quiere ir al arbitraje?

En caso de que una de las partes no quiera someterse al arbitraje de alquiler, el otro puede buscar alternativas legales para resolver la disputa. Si está relacionada con el contrato, la parte afectada puede acudir a un juzgado, por ejemplo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el proceso judicial puede ser más largo y costoso. En principio, se aplicará la justicia ordinaria de forma predeterminada.

Una de las opciones viables para garantizar la participación de las partes es incluir en el contrato de alquiler cláusulas que obliguen a las partes a someterse al arbitraje, antes de recurrir a los tribunales.

¿Cuándo es útil recurrir al arbitraje?

El arbitraje puede ser una herramienta útil en situaciones en las que las partes no pueden resolver una disputa por sí mismas y no quieren recurrir a los tribunales o necesitan una solución rápida. Además, puede ser menos costoso que el litigio, lo que puede ser beneficioso para todos los involucrados.

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